Aunque os escuche no seguiré haciéndoos caso.
- Ramon Masip Garcia
- 9 jun 2016
- 2 Min. de lectura
Consejos. Que buenos algunos, que no tanto algunos otros. Quién sabe, a lo mejor es que no lo eran tanto para mi y si para otros u otras. Entiendo la necesidad que tuvieron esas personas en dármelos, por el cariño, por su nostalgia y su experiencia, por su vida vivida y lo que sentían en aquel momento. Y es de agradecer por la incondicional necesidad de ayudar en este camino. Pero tengo que aprender por la cuenta que me trae hacerme.
No es que no quiera de consejos y de experiencias, no es que no quiera escucharos, no es que no quiera seguir aprendiendo. Es que quiero equivocarme porqué mi vivida es una y la vuestra es otra, semejantes historias pero tan diferentes a la vez. Cada una con su luna. A lo que quiero aprender en mi camino y aunque si escuche para tener en cuenta, no seguiré haciéndoos caso.
Quiero caerme. Llegar al fondo. Tropezar. Arrepentirme. Llorar y gritar un ¡joder porqué!. Y incluso llegar a pensar que menuda mierda estoy viviendo. Rozando casi una locura donde la luz solo existe en un “si no hubiese...”. Maldita bendición lo que aprenderé con este hundimiento, el precio que pagaré, y al que estoy dispuesto para hacerme quién seré. El hombre de este camino.
Pensare en todos vuestros consejos el día en que me volveré a levantar, con la cara mojada de lagrimas y sudor de la rabia. Con la camisa que antes era blanca y ahora es de barro seco. Con botones que saltaron para abrirme paso. Levantar la cabeza y deciros que pensé mucho en lo que me dijisteis, que me fueron bien, pero que mejor me ha ido lo que he vivido. Que ya soy otro, que de los consejos se sabe algo más, pero de la vida se aprende. Y quiero aprender.
Que mirar por el retrovisor es bueno para compartir con esos que quieres, que te preocupan y que les deseas lo mejor. Que escuchar si es útil, pero es que vivir es aprender, escribir tu tu propia historia para darte tu mejor consejo. Déjame hacer, déjame vivir, déjame equivocar, porqué me voy a levantar con tu ayuda o sin esta, con la de otros o solo conmigo mismo. Voy a aprender de la verdad. Porqué aunque te escuche, las palabras se las va a llevar el viento y lo que viva se va quedar escrito.
Posdata: no me hagas caso del consejo que puedas leer en esta carta. Yo no lo haría.

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