Volvemos.

El tiempo pasa, y sin detenerse a saludar ni un minucioso segundo por delante nuestros rostros, sigue su curso. Puede que existan momentos en que no avance, o momentos en los que parece haber cogido alas. Pero si. El tiempo pasa constantemente es para volver. Porqué todo vuelve, de un modo u otro, y aunque no te lo parezca, todo vuelve como la botella reciclada que antes era de cerveza y ahora escultura.

Vuelven a ser las seis de la mañana, o las ocho, o las cuatro de la tarde. Te vuelves a levantar, malhumorado o divertida, pero vuelves. Vuelves a comer, arroz o guisantes, pero vuelves. Te vuelves a emborrachar de cerveza o ron, pero vuelves aunque dijiste que ya nunca más. Te vas cabreado diciendo que no volverás, pero vuelves porqué te dejaste las llaves. Dices que no lo volverás ha hacer, y ya vas por la tercera. Y todo continua, y de un modo u otro todo vuelve.

Y como siempre en la vida misma, vuelves a encajar aquella hostia que no pensabas en volver a encajar jamás, pero esta vez por el otro lado que era virgen. Lo dicho. De un modo u otro todo vuelve en esta vida al recorrido circular. Y que como tal volveremos a sonreír, quizás huérfano de diente esta vez. Volveremos a mirar, quizás la luna ahora que con las estrellas uno se pierde. Volveremos a andar, ahora desnudos de pies. Volveremos a amar de sincera verdad por fin. No sé. Solo se que uno vuelve de un modo u otro, pero vuelve.

Ya estoy aquí...