La verdad.

Hay una verdad sostenida en mi piel, dominando mi deseo y conquistando mi corazón, una verdad que solo nosotros sabemos, esa verdad que hace de mi despertar una ilusión que no se si hoy se realizará, quizás si nunca será, yo que voy a saber. Profunda, desde lo más adentro de mi yo, una verdad que sostengo y retengo, porqué puede derrumbarme. Hay que ser fuerte chaval!

Y es que día tras día pienso y repienso, siento y resiento, contengo y vuelvo a contener, mantenerme firme, ser terco importa para ser y estar, para los que necesitan de mi luz, para ofrecer y transmitir que la vida es bonita, esa sonrisa guapo! Que hay cosas, pero que no son importante si consisten en zancadillas, por mi vida, por mi, por todos, por ti!

Hay una verdad que existe y que no se va, ni quiere irse, la verdad, ni yo quiero que se vaya; que intensamente es sentida a cada segundo, en cada pensamiento, en cada emoción, una verdad que me atrae, que puede conmigo, que aunque a contracorriente intente ir, su fuerza es mayor, es de verdad, irreversiblemente verdadera, la siento.

Una verdad consciente a la vez de la realidad, una verdad incoherente con lo que hay, y es que a veces lo que decidimos no se coge de la mano con esa verdad, que me atrae a tu piel, tu mirada tu yo. A ti.

Y es que a la vez que la realidad me dice que hay que dejar ir, la verdad me dice que hay que ir a por todo, entonces siento que tengo que ir a por ti.