En los vacíos.

Lo bonito de no recibir lo que uno quiere está en aprender a aceptar ese vacío que emerge en nosotros mismos, ese vacío con el que tenemos el compromiso de llenar con lo que somos realmente, ese vacío que nos dice que es el momento de la verdad que todas llevamos dentro. Todo empieza por la aceptación, ni más ni menos, hay que aprender que los vacíos son necesarios, porqué aunque sean vacíos están llenos de oportunidades, que la perspectiva hay que desenfocarla y enfocarla, porqué nunca estamos en la misma distancia con las cosas que nos suceden y nos rodean. La capacidad de cambiar esa perspectiva de forma constante, nos permite ver y fluir en ese vacío algorítmicamente hacia millones de pasos posibles, ni buenos ni malos, ni mejores ni peores, simplemente pasos que abren puertas, que nos brindan hacia otros momentos, otras formas de existir y de reexistir. No podemos controlar esos vacíos, pero si podemos controlar las perspectivas que vamos tomando, esa capacidad de aceptar lo que nos sucede, lo que nos llega de forma involuntaria; que el camino se va construyendo en esos huecos existenciales; paso a paso, que somos autores de nuestra propia historia, y que hay que aprender a escribir páginas en blanco, enteras o rotas, que más da, están vacías y hay que escribir. Pd: lo que escribes no lo borres ni pretendas hacerlo, vas a fracasar si lo intentas, déjalo allí, acéptalo, siempre formara parte de ti, subrayarlo, ponte una nota que diga que eso no, que otra cosa si, e invierte en escribir lo que si, dedícate a abrir las puertas escribiendo en positivo, y no a borrar en negativo. Simplemente, acepta, perdónate, vuelve a escribir y bríndate tus oportunidades, que eso si depende de uno mismo.